SUFRIR - FESTEJAR - SUFRIR - FESTEJAR

Hablemos de sufrimiento. De aceptarlo. De la posibilidad del festejo posterior.

(No, no quiero volver al tema del Mundial: eso ya fue, ya pasó, sufrimos y festejamos, ahora recién dentro de 4 años).

Hablemos de que siempre tuve una idea concebida en mi cabeza de que lo que yo tenía que hacer o, mejor dicho, a lo que yo me tenía que dedicar, era a lo que me sale más fácil. Hablar, estar con gente, por ejemplo. "Comunicación", si eso se transforma en carrera. Eso siempre me fue natural. Nunca implicó ningún tipo de sufrimiento. Todo lo contrario.
Hablemos de que, desde que estoy analizando profundamente mis miedos, me di cuenta de que hay montones de cosas que no hago porque no me son nada fáciles, porque me podrían hacer sufrir.
Hasta que me di cuenta que, por evitar el miedo de "que salga mal", "que no va a ser fácil", "que va a quedar horrible", ya estaba sufriendo verdaderamente.
Me sentía frustrada e no entendía el por qué. Reflexioné mucho, hice un repaso mental por las cajitas de mi memoria, hablé con gente querida y cuya opinión valoro. Empecé a hacer terapia floral con Geo, me animé a una lectura de aura, me lancé a una lectura de mi misma con toda la sinceridad que podía.
Descubrí que la razón de mi tristeza era que no estaba siendo todo lo creativa que deseaba. Que tenía guardado, a punto de explotar, un deseo enorme de inventar, sea lo que sea.
Fue como un cachetazo y me impuse el desafío de despegarme del miedo de "SER".
Podría estar siglos detallando lo que vi cuando empecé a salir de mi propia caja pero hay dos cosas que saltaron, puntualmente. El ARTE y la DANZA. Pintar y bailar.
No puedo explicar lo torpe que soy para ambas. Y cuanto AMO esas actividades. Por lo tanto, lo que siempre hice fue admirarlas, envidiar quienes sí podían ejercerlas y, como mucho, hablar y escribir sobre lo que consumía de ellas.
Entonces, si la idea era romper mi propio molde, me arriesgué a ir por lo más difícil. Volví a danza aérea con otra actitud, empecé a estudiar danza en general, estoy coqueteando con un taller de arte y me compré un bastidor con lienzo blanquito para hacer lo que se me ocurriera.
No voy a mentir. Estoy sufriendo mucho. Con todo el corazón lo digo. Sufro porque no consigo plasmar las cosas como lo imaginé, sufro porque me sale mal, sufro porque no me gusta, porque me cuesta estar concentrada, sufro porque no es lo que estoy acostumbrada a hacer. Sencillamente, sufro porque no es nada fácil.
Pero - MÁS BIEN QUE HAY UN "PERO" - puedo jurar que estoy festejando cada mini logro como una loca! Desde ayer, por ejemplo, estoy a las carcajadas porque terminé de pintar mi primer lienzo y me encantó. Y porque volví de danza y mitad de las figuras las pude hacer bien.
Es verdad; sufrí en todo el proceso de esas pequeñas acciones y ahora vibro felicidad. Mañana me toca sufrir nuevamente, seguro. Pero me la estoy bancando.








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